DIDÁCTICA DEL KARATE
Es tan amplia como profunda y varían desde los métodos y sistemas de enseñanzas hasta los entrenadores, las organizaciones y las culturas, lo que hace que sea aún más difícil para los no iniciados discernir qué formas son las más adecuadas para su situación de enseñanza.
La filosofía detrás del karate es vasta y compleja. Proviene de miles de años de combate; Las técnicas que se perfeccionaron hace cientos de años todavía se están perfeccionando una y otra vez por cada nueva generación.
Las didácticas utilizadas para iniciarse a la práctica de este deporte son las siguientes:
- Entrar en la zona: Medita minutos Despeja tu mente de todos los pensamientos; concéntrese en respirar por la nariz, exhalar por la boca; Respiraciones profundas constantes y una mente clara te preparará para aprender Karate. No hay límite de tiempo, para meditar pero 5 minutos serian suficiente como para permitirle concentrarse. Y sí, meditar definitivamente puede mejorar tus habilidades de lucha
- Calentar. (10 minutos): Comience corriendo en el lugar o alrededor del bloque durante aproximadamente 5 minutos; más unos 5 minutos (o 20 repeticiones cada uno) de flexiones, sentadillas (o abdominales), levantamiento de piernas y flexiones inversas.
El calentamiento es vital para la capacidad de tus músculos para hacer el trabajo. Si no los sueltas y los preparas antes de comenzar tu entrenamiento y estiramiento, entonces te atacarán e incluso los movimientos básicos serán difíciles de ejecutar correctamente.
- Tramo. (15 minutos) Estirar todos los grupos musculares principales primero es esencial para un cuerpo suelto y flexible obtenga un libro sobre estiramientos si aún no sabe qué ejercicios de estiramiento debe hacer. En Karate, estirar las piernas es crucial para mantenerte libre de lesiones. El estiramiento viene después del calentamiento. Cuando los músculos se han calentado, es cuando serán más receptivos al estiramiento, cuando el estiramiento será el más seguro y efectivo.
Comprende la filosofía detrás del karate. Para el observador no entrenado, el karate puede parecer que se trata de exhibiciones llamativas de violencia. De hecho, es el polo opuesto. El Karate se trata de paz y, lo que es más, tranquilidad. En la vida el conflicto es inevitable. Cuando esto sucede, debe manejarse con rapidez y potencia. El resultado es una confianza natural que tiene un aire de humildad.